EL OSCURECERSE DE DOS SOMBRASbajo la sombra dichosa
que los cuerpos cosechan en la noche
salen a tolerar
la luz de la mañana de olivos
el olor de las panaderías
decora la levedad de la gente
de las horas primeras
se han besado
y de esas bocas se aferran
para soportar
la melancolía futura,
mezclada en las nubes
de las próximas lluvias
LAS CHISPAS EN LA NOCHEte descalzabas
en silencio
después de haber calzado cosas
de mi vida en tus costillas
y las cosas
se despegan solas
o las arrancás porque hay cosas
de mi vida en otra parte
¿estos papeles sueltos
se irán recopilando en algún libro de carne?
¿cualquiera de esos pájaros
picoteará los montones desvencijados?
te descalzaste entonces
y tu triste talón vulnerable
pudo alejarte
descalza, prudente
LA SOMBRA DE UNA SOMBRAla casa parecía ansiosa:
nos esperaba a los dos
y no a este ramillete
de huesos
por el que vengo dándome a conocer
han pasado varias semanas
desde que tus ojos
cerraron la casa nuestra
y la dulzura del sueño cotidiano
para dar paso a la vida
espalda
contra
espalda
y
distancia, olvido,
dolor, etc.
hoy he venido a esparcir
algo de ese dolor en esta luz ingenua
que habíamos dejado prendida
en el suelo
montones de papeles
que juntos hubiéramos intentado llevar al día
ramas muertas de árboles vecinos
sobre el techo,
el polvo del desconcierto y la ausencia
-en ese rincón
la biblioteca con la piel
reseca de mis libros-
los fantasmas de la casa
se chocan con los que vengo cobijando
y juntos, ellos, yo, todos lloramos
la carne muerta del amor
la casa no entiende:
¿quién es este hombre abatido
en la desmesura de lo roto?
afuera, el mismo sol
de los cementerios,
lo cubre todo y se regodea
en una casa
con un hombre solo
LA SOMBRA DEL RECUERDO“Y poco a poco fue desenvolviéndose/ la hebra fatal...” (L. Lugones)encuentra
en un libro que ella le ha prestado
un viejo pasaje de colectivo
imagina los motivos del viaje,
su rostro y sus ojos grises
al regresar,
el momento de llegar
a retiro, y todo eso
la hora de compra y la de partida
dejan un espacio
de una media hora
donde él la piensa
fumando unos de esos cigarrillos
con que gusta languidecer
pero entonces su mente
pone en la pantalla
algún regreso propio de retiro
el colectivo doblando,
el dibujo de mujica,
y la cinta de la melancolía
desenrollándose
EL ENSOMBRECERSE DE DOS OSCURIDADESél intenta besarla
en los espacios vacíos de la noche
para aferrar lo más posible ese cuerpo
que la vida está malvendiendo al
pasado
cree él que su amor frugal pesa más
pero no puede saber
de sus ojos más que la parte
verde y blanca que lo mira piadoso
y poco o nada sobre la parte blanca y sangre
donde ella cosecha el silencio
mientras tanto,
los peces del mundo
mordisquean la luna mutilada en el agua
y siguen su camino
EL AROMA DE LAS SOMBRAS Ise acerca un buitre
al deleite de esta carne mustia
y la fragilidad del sol
de esa mañana cualquiera
se mezcla apenas
con las frugales memorias
a punto de ser
carcomidas por el mundo
EL AROMA DE LAS SOMBRAS IIse saludan
ella deja el ascensor
él entra al ascensor
donde ella acaba de esparcir
un perfume suave
que lo rasguña
durante toda la nostalgia
EL RECUERDOen la tristeza de sus ojos
nublados por la vida
trepa
-no recuerdo
bien
cómo-
el
recuerdo
QUE SE TRANSFORMA en la melancolía
con la bolsa llena
y la dulce jalea
en días de lluvia
un pájaro ciego
en los días de sol
alguna brisa
un paraguas
y un par de lentes oscuros
así,
pedazo tras pedazo
se arma
el olvido su equipaje
EN OLVIDOentre las cenizas
cartílagos,
medias
algunas viejas miradas
mientras las olas rojas
barren las cenizas
y alejan los barcos
EL REFLEJO DE DOS SOMBRASya es la hora
en que dan vuelta las sillas
y sacuden los manteles
hemos pagado,
hemos dejado la propina
y saludado al cheff
afuera
el viento del océano
y el frío del verano
divide los caminos
y se avecinan
las lluvias próximas
EPÍLOGO DE LUCESel corazón rasgado en la mano
la métrica del desamor
y la dulce melodía
de los fracasos
con botellas rotas
y flores secas
en cambio ella
elige una hoja seca
y es la belleza
que elige el otoño
y mi vida
(De “Cromático sombrío”)